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México y Cuba anuncian que normalizan sus relaciones diplomáticas

La Habana acusó al Gobierno de Fox de plegarse a los intereses de Washington

Los cancilleres de Cuba, Felipe Pérez Roque, y México, Luis Ernesto Derbez, anunciaron ayer en La Habana que restablecerán a los embajadores en sus respectivas capitales el próximo 26 de julio, en coincidencia con la fiesta nacional cubana.

Tras una reunión de varias horas, Pérez Roque y Derbez anunciaron en una rueda de prensa la normalización de los lazos diplomáticos entre ambos países que desde algunos meses atravesaban una crisis sin precedentes en su historia de más de cien años.

Pérez Roque subrayó que en una conversación "amplia y franca" los ministros decidieron "trabajar a favor de las relaciones bilaterales". Por su parte, Derbez destacó el clima "de total apertura" que ha permitido entender cómo deben ser las relaciones entre México y Cuba a partir de ahora.

La crisis estalló en mayo, cuando el Gobierno mexicano expulsó de su país al embajador cubano Jorge Bolaños y al consejero de asuntos políticos de la misión diplomática, Orlando Silva, además de retirar a su embajadora en la isla, Roberta Lajous, en protesta por lo que consideró una injerencia de Cuba en sus asuntos internos. Tras el voto condenatorio de México contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en abril, Fidel Castro afirmó que el Gobierno de Vicente Fox había convertido en "cenizas" la política exterior mexicana, plegándose a los intereses de EE UU. Las palabras de Castro llegaron en momentos de fuertes tensiones bilaterales, después de la detención en Cuba del empresario mexicano de origen argentino Carlos Ahumada, protagonista de un escándalo de sobornos que afecta a dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de México, el cual tiene excelentes relaciones con Cuba. El 28 de abril, las autoridades cubanas deportaron a Ahumada de forma inesperada y declararon que su caso tenía "claras connotaciones políticas" -para dañar el prestigio del alcalde centroizquierdista de la capital mexicana, Manuel López Obrador, aspirante a la presidencia-, lo que fue considerado por México como una intromisión en sus asuntos internos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de julio de 2004