¡Agua va! La batalla naval vallecana nació por casualidad el 15 de julio de 1981. Un grupo de activistas anti-OTAN pegaba carteles en el bulevar del puente de Vallecas, y "hacía un calor tremendo", cuenta Víctor Jiménez, de 48 años, y "primer alcalde honorífico de la república independiente de Vallecas". Desde entonces, han llovido 23 años, tantos como las batallas navales que, coincidiendo con las fiestas del Carmen, organiza la Cofradía Marinera de Vallecas.
Unas 4.000 personas se acercaron ayer hasta la calle del Payaso Fofó, en Puente de Vallecas, para celebrar esta fiesta del agua. Cargadas con cubos de colores, palanganas, flotadores, parches de piratas y pistolas de agua de última generación, no hubo quien se librase del chapuzón.
Aunque la batalla se celebró muchos años en la "clandestinidad, porque alcaldes y concejales la prohibieron", cuenta Jiménez, este año el Ayuntamiento, por primera vez, puso a disposición de los piratas y bucaneros vallecanos tres camiones cisterna cargados con 36.000 litros de agua en total, que duraron 40 minutos, bocas de riego, hidrantes y mangueras. El resultado, un auténtico río que bajaba por Payaso Fofó y la calle del Olivar hasta el bulevar, y donde los marineros recargaron sus cubos desde las 16.30 hasta la puesta del sol.
Los más preparados, un grupo de 75 gallegos llegados desde Vilagarcía de Arousa, en Pontevedra. Acompañados por su concejal de cultura, Roberto Araujo, estos expertos en remojones celebran cada año su Fiesta del Agua en Galicia el 16 de agosto, coincidiendo con la festividad de San Roque. Su carroza, un pequeño camión traído desde Galicia a remolque, fue la única que llegó a la calle del Payaso Fofó sin haber agotado sus reservas de agua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de julio de 2004