"A mí nadie me dijo que hubiera una furgoneta. Me enteré cuando salió el señor ministro". El ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Jorge Dezcallar, reconoció ayer, en la comisión de investigación del Congreso sobre el 11-M, que conoció el hallazgo de una furgoneta en Alcalá de Henares (Madrid), con detonadores y un cinta con versos coránicos, cuando el entonces titular de Interior, Ángel Acebes, informó en rueda de prensa a las 20.20 del 11 de marzo, cinco horas después de que la policía la inspeccionara. Dezcallar rectificó una frase inicial en la que dijo que el servicio secreto estuvo "fuera de juego" hasta pasadas las elecciones, pero el relato que hizo lo confirmó plenamente.
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Jorge Dezcallar explicó que fue el 16 de marzo, dos días después de las elecciones generales, cuando el servicio secreto se incorporó a las reuniones de coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Hasta ese momento, subrayó, no existía ningún cauce por el que el principal centro de inteligencia del Estado recibiera datos de la investigación de los atentados terroristas del 11 de marzo en Madrid, que causaron 190 muertos y 1.500 heridos. Sus únicas noticias procedían de las relaciones personales entre agentes del CNI y policías, así como de las conversaciones entre el propio Dezcallar y el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa.
"Si me pregunta si la información nos llegaba en tiempo real, la respuesta es no. La información nos llegaba cuando nos llegaba", respondió Dezcallar a un diputado. Explicó, por ejemplo, que sus expertos tuvieron que tomar de las imágenes de televisión la matrícula de la furgoneta, lo que les permitió comprobar que no estaba doblada, un hecho que contradecía la hipótesis de la autoría etarra.
Aunque fue muy cuidadoso para no criticar al anterior Gobierno, Dezcallar admitió que entre los día 11 y 16 no hubo ninguna reunión para distribuir tareas entre policía, Guardia Civil y CNI, como hubiera sido lógico ante la gravedad de la crisis. "Eso lo eché de menos. Nos hubiera gustado haber podido contribuir más", agregó, antes de recomendar que, de cara al futuro, se mejore la coordinación de los distintos servicios.
La ignorancia de datos clave de la investigación se repitió el sábado, cuando el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timmermans, llamó a Dezcallar para pedirle que desmintiera una noticia de la Cadena SER según la cual el servicio secreto trabajaba "al 99% de posibilidades" con la pista islámica. Dezcallar no llegó a decir que Timmermans le presionara, pero sí que éste estaba "muy excitado" y que él no hubiera hecho pública ninguna nota si La Moncloa no se lo hubiese pedido repetidamente.
Matización
El ex director del CNI subrayó que él se quedó "a medio camino"; es decir, no llegó al extremo que le reclamaba el Gobierno del PP, pues su comunicado no fue realmente un desmentido a la noticia, sino sólo una matización. De hecho, Dezcallar desmintió algo que la Cadena SER no había dicho: que el CNI hubiera abandonado "totalmente" la investigación sobre la banda terrorista ETA. "Intentaba mantener la neutralidad del centro", argumentó.
Aún así, Dezcallar admitió ayer que no hubiera hecho pública la nota si hubiese sabido que a esa hora, las 16.50 del 13 de marzo, ya estaban detenidos tres marroquíes y dos españoles de origen indio por su presunta implicación en los atentados. "Tengo que suponer que él tampoco lo sabía", contestó el ex director de los servicios secretos españoles a la pregunta de si Timmermans estaba al corriente de las detenciones.
Pese a la falta de información, Dezcallar reconoció que el CNI fue cambiando su opinión sobre la autoría de la matanza terrorista del 11-M. A las 8.30 del mismo día, poco después del atentado, empezaron a trabajar los expertos en ETA y en terrorismo islámico, con los que se reunió conjuntamente a las diez de la mañana.
Poco después, transmitió a José María Aznar su convencimiento de que ETA estaba detrás de la matanza y así lo reflejó en una nota de las 15.51 de ese día. La conversación con Aznar fue telefónica, pues el director del CNI no fue invitado a la reunión informal del Gabinete de Crisis en La Moncloa, de la que ayer dijo que ni siquiera le consta que se celebrara.
El día 12, Dezcallar volvió a hablar con Aznar, pero sólo para decirle que no tenía nada que aportar, pues la información estaba en poder de los responsables de la investigación policial, a la que él no tenía acceso.
Sin embargo, el sábado 13 por la mañana, según reconoció ayer Dezcallar, "ya había elementos suficientes" que "desequilibraban" el análisis de los expertos de inteligencia a favor de la autoría islamista, aún sin conocer las órdenes de detención y registro en el barrio madrileño de Lavapiés. "Así lo informé", dijo el ex director del CNI, sin concretar si en esta conversación, como en las dos anteriores, su interlocutor fue también Aznar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de julio de 2004