La Asamblea General de Naciones Unidas pidió ayer al Gobierno de Israel que respete el dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y desmantele el muro que construye en los territorios ocupados palestinos. El texto, no vinculante para el Ejecutivo de Ariel Sharon, reconoce, sin embargo, el derecho a la autodefensa de los israelíes para proteger a sus ciudadanos de los ataques terroristas palestinos.
El voto fue posible después de varios días de intensas negociaciones entre la Unión Europea y los países árabes. La resolución fue aprobada con 150 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones. Los países europeos aceptaron en bloque el texto después de que se suavizara el tono de la propuesta original. El documento aprobado subraya que Israel debe cumplir con sus obligaciones legales internacionales, tal y como se identifica en el veredicto de la CIJ. El veredicto de la Corte señala en este sentido que la barrera de separación que se alza en Cisjordania debe ser destruida.
Además, la resolución hace un llamamiento a las dos partes en conflicto, Israel y Palestina, para que cumplan con las obligaciones marcadas en la Hoja de Ruta por el cuarteto: EE UU, Unión Europea, ONU y Rusia. Y en este sentido se pide a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) que adopte medidas para combatir al terrorismo, y a Israel, para que ponga fin a los ataques indiscriminados como respuesta. Además, se condena cualquier acto de violencia, terrorismo o destrucción.
Israel consideró que la resolución es "miope", y en la misma línea EE UU dejó claro, una vez más, que el dictamen de la CIJ es parcial y, por tanto, considera el texto "desequilibrado".
La negociación del texto final no fue fácil, a pesar de que la resolución no sea de obligado cumplimiento para Israel. Pero su valor moral era muy importante para la ANP. Por eso los países árabes hicieron todo lo posible por poner de su lado a los países europeos. La UE, que se mostró muy dividida hasta la tarde del lunes, quería un enfoque más amplio en la resolución para ponerla mejor en contexto sin desvirtuar el papel de la CIJ.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de julio de 2004