El día 1 de julio pedí cita en un taller de Rivas-Vaciamadrid para hacer un duplicado de las llaves del coche. Solicité que fuera a primera hora para no perder horas de trabajo, y tuve que esperar 13 días para poder ser el primero.
Cuando llegué al taller a las 7.55, vi con alivio tres carteles que decían "Hacemos llaves de Ford en el acto". Muy en el acto no eran porque, después de esperar 30 minutos para que me cogieran el coche -menos mal que era el primero-, el mecánico me informó de que en el acto te dan una llave que no arranca. Si quieres que arranque debes esperar dos horas.
Así que, después de desayunar cuatro veces, vuelvo al taller a las 10.30 y todavía no está hecho el duplicado. A las 11.00, el mecánico me dice que "el chico ya está con la máquina". No tardó mucho. A las 12.04 me dan el duplicado, pago los 77,36 euros y les pido una hoja de reclamaciones. Por supuesto, el taller se niega a devolverme el importe.
Menos mal que las llaves eran en el acto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de julio de 2004