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CARTAS AL DIRECTOR

Las compras de Aznar

Cuando el señor Aznar considera atacada su honorabilidad, se está definiendo a sí mismo como persona honorable. ¿Qué tipo de honra merece aquel que consigue sus méritos previo paso por caja? Una vez descubierto el importe de la medalla de oro del Congreso de EE UU y los movimientos que fueron precisos para conseguirla, cualquiera moriría de vergüenza, aun cuando el pago lo hubiera efectuado de su propio bolsillo. Pero cuando, además, se sabe que el dinero utilizado es el de todos los españoles, ¿no es demasiada desfachatez enaltecer su honorabilidad?

El señor Aznar ha dejado expuesto, tanto por el modo como por el fondo, que padece de una tremenda egolatría.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de julio de 2004