Esta primavera de 2004 he observado con agrado y admiración la construcción de un quiosco de venta de periódicos en la calle de López de Hoyos. En primer lugar derribaron el viejo, y acto seguido lo tiraron; después vinieron los técnicos y montaron en muy poco tiempo el nuevo, que ha quedado de maravilla; da gusto verlo y hubo convidada el día de la inauguración.
Está a la puerta de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y junto al parquecito de la salida del metro de Prosperidad. Estas cosas adornan la ciudad y además estimulará la venta, y, por tanto, mejorará el negocio. Dios le dé larga vida y salud a don Juan, que es el dueño del quiosco, y muchas gracias por adornarnos el barrio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de julio de 2004