Los dos fueron autodictas, se expresaron al margen de modas y brillaron con luz propia dentro del mítico grupo Gaur, el colectivo de vanguardia que revolucionó el arte en Guipúzcoa en los años sesenta. Pero la vinculación de Eduardo Chillida (San Sebastián 1924-2002) y Amable Arias (Bembibre del Bierzo, 1927-San Sebastián, 1984), va más allá y la Galería Dieciséis de San Sebastián (Buen Pastor 16 bajo) se ha propuesto descubrirlo con una exposición de grabados, óleos sobre tela y dibujos, en la que los dos creadores dialogan sobre la materia, la luz y el espacio.
"Con esta propuesta no pretendo establecer una tesis", afirma el galerista Gonzalo Suárez. "Es cierto que yo veo coincidencias en el alma de las obras o en la concepción del espacio", apunta. "Pero esto es sólo una sensación personal, una intución que pongo a disposición del que quiera mirar".
El espectador podrá profundizar en esta reflexión hasta el 3 de septiembre. Tiene ante sí 12 piezas para hacerlo: cuatro grabados de gran formato que Chillida realizó en los años setenta -Aundi I, Nitaz, Euzkadi IV y Euzkadi V-, frente a tres óleos sobre tela y cinco dibujos que Arias creó en la década anterior. Suarez los presenta como un ejemplo de la vanguardia. "No sólo histórica", subraya, y pone un ejemplo gráfico para demostrarlo. "Todavía hay gente que en Arco me ha preguntado: '¿Quién es este chico?', en referencia a Amable. El espíritu de sus cuadros, también de los que se exponen ahora, es muy contemporáneo".
De las paredes de la sala cuelgan 5 dibujos de la serie Papel de Fumar -que tienen pegados esos papelillos- y pinturas en las que sobre fondo blanco aparecen pequeñas formas a modo de gotas de materia, también blanca. En la época en la que los realizó, entre 1965 y 67, Arias estaba leyendo a los atomistas griegos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de julio de 2004