La Barcelona subterránea la resumen 1.400 kilómetros de alcantarillas, medio millón de metros cúbicos diarios de aguas residuales, 5.000 toneladas de basura anuales y 12 equipos de limpieza. Al habitual paisaje se sumó ayer el concejal de Servicios Urbanos y Mantenimiento, Francesc Narváez, y una veintena de periodistas que acompañaron a una de las brigadas de limpieza durante un tramo de 500 metros, entre el paseo de Sant Joan con la calle de Casp y el Arc de Triomf. "En pocas ciudades he visto unas alcantarillas más limpias que las de Barcelona", sentenció Narváez, aún embutido en unas botas de plástico. "Las limpiamos y limpiaremos tanto como sea necesario", aclaró después de un paseo con las aguas residuales alcanzándole los tobillos (cuando llueve, el caudal puede ocupar todo el alto del túnel) y en el que tuvo que sortear apenas un par de ratas. "Con el nuevo servicio de recogida de basuras, llega muy poca comida a las alcantarillas", explicó un funcionario.
Son los barrios cercanos a la playa, sin la inclinación natural de los altos, los que concentran los residuos sólidos que dificultan el paso del agua, elevando los efluvios de la cloaca a la superficie. Eso explica las quejas de los vecinos de la Barceloneta y de los visitantes del Fórum.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 2004