La intensificación de las gestiones españolas para sondear las posibilidades de llegar a un arreglo consensuado entre las partes sobre el conflicto del Sáhara Occidental comenzó ayer con la entrevista que el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, mantuvo, cerca de Salt Lake City con el ex secretario de Estado norteamericano, James Baker.
El Gobierno español considera que el plan redactado por el veterano enviado del secretario general de la ONU a la región no es operativo en estos momentos, como lo prueba la dimisión del propio Baker. Pero reconoce como un paso histórico la aceptación del citado plan por el Frente Polisario y Argelia. De ahí el interés de conocer de primera mano la experiencia de Baker y de explorar las posibilidades de evolucionar hacia el acuerdo tomando el plan como punto de partida.
León tiene avanzados los contactos para volver esta misma semana a Tinduf, donde el mes pasado debutó como el primer alto cargo español que dialoga con el Polisario en su retaguardia, pero ayer la cita no estaba aún confirmada.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, por su parte, coincidirá el próximo lunes, 2 de julio, en Marruecos con su homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, y con su colega argelino, Abdelaziz Beljadem. La ocasión no dejará de ser aprovechada para explorar las relaciones entre los vecinos magrebíes, aunque los dirigentes argelinos reiteran por estos días que nunca sustituirán al Polisario como interlocutores sobre el Sáhara.
Está previsto que el encuentro de los tres ministros se produzca en el marco de unas jornadas de debate organizadas por Benaissa en su pueblo natal, Asilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 2004