Estimado señor Cabot (autor de una carta reciente sobre el Dibujo), estoy de acuerdo con la mayoría de las ideas vertidas en su carta del domingo sobre la enseñanza de las artes plásticas, salvo porque no creo que hablemos del mismo Dibujo, pero me siento obligada a preguntarle: ¿de quién fue la idea de hacer unas pruebas de cinco días mientras los opositores de otras asignaturas iban sólo dos? ¿Qué sensibilidad han demostrado ustedes haciéndonos padecer a nosotros, algunos sin coche, el esfuerzo de llegar en camioneta, con formato de 100 - 70 y caballete y material pagado por los opositores, en la semana más calurosa?
¿Dónde ha quedado el arte contemporáneo al proponer ejercicios totalmente academicistas o así me ha parecido que se han valorado o se han entendido? Y por último, ¿qué ha pasado del tema de la devolución de éstos que ha quedado en el terreno de la incertidumbre pasando por encima de los derechos del creador?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de julio de 2004