He leído con suma atención las columnas de Benjamín Prado relativas a la tala de árboles en la calle de Princesa. Pero también se está procediendo así a lo largo de la calle de Fuencarral: en la glorieta de Bilbao con Fuencarral, en la esquina que da al banco de Santander, se han tirado abajo dos hermosos árboles; en la calle de Alburquerque con la esquina de Fuencarral también se ha talado un precioso árbol, que parece que también "cubría" al Banco Popular, y frente a éste, en el Bankinter, también ayer se han cortado dos hermosos árboles. Algo similar ocurre en la glorieta de Quevedo.
Proceder así, para muchos, nos resulta un comportamiento criminal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de julio de 2004