El cadáver de Radu Medvid, ucranio de 38 años, yacía ayer, boca abajo, en un almacén abandonado del número 19 de la calle de Méndez Álvaro (distrito Arganzuela). Su cuerpo presentaba cuatro puñaladas: en el cuello, en un brazo, en la espalda y en la parte posterior del tórax, según fuentes de Emergencias Madrid. En uno de sus bolsillos el fallecido guardaba el papel de un juzgado en el que aparecía su identidad: Rado Medvid, nacido en Chernovilla (Ucrania), domiciliado en la pequeña localidad toledana de Madridejos.
Los agentes del Grupo VII de la Brigada de Homicidios, encargado de la investigación, intentaban comprobar ayer si ésta es su verdadera identidad, de la cual no le constan antecedentes policiales. Según las primeras investigaciones, esta muerte puede tratarse de un ajuste de cuentas. El fallecimiento se produjo durante la madrugada de ayer.
El cadáver fue encontrado sobre las 9.15 por unos operarios del Ayuntamiento que se habían desplazado al lugar junto a dos agentes de la Policía Municipal para empezar a derribar el inmueble, ilegalmente ocupado desde hace varios años. Habían llegado sobre las 8.30 y, en ese momento, varias personas salieron huyendo por la valla trasera del inmueble, que da a un descampado contiguo a las vías del tren, según relataron los trabajadores de un vecino taller de venta de hierros.
Desde hace dos años, según los vecinos de la zona, en el inmueble vivían "por lo menos 20 o 30 personas", "de Europa del Este" y "bien vestidos, arreglados y aseados", que entraban y salían utilizando la llave de una cerradura que ellos mismos habían instalado.
Con ésta, se elevan a 39 las muertes violentas en Madrid en lo que va de año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de julio de 2004