Unanimidad. Tribunal, jurado popular y público coincidieron en su veredicto: la violencia es culpable del sufrimiento de millones de personas y ésta tiene su origen en el modelo de dominación patriarcal perpetuado por los hombres a lo largo de la historia. Ayer se representó en el Foro Mundial de las Mujeres un juicio a la violencia. Era ficticio, pero contó con todos los ingredientes de cualquier proceso judicial, salvo el acusado, representado por un silla vacía. Los cargos contra la violencia eran por asesinatos, homicidios, infanticidio femenino, partos mortales, mutilación genital, coacciones, éxodos, enfermedades psíquicas y físicas... que sufren las mujeres en especial, pero también niños y ancianos de gran parte del planeta.
Tres testigos y dos documentales repletos de cifras sobre la violencia doméstica, los millones de refugiados y desplazados por las guerras, el incumplimiento de los acuerdos internacionales y la situación del continente africano, entre otros, fueron presentados por el ficticio ministerio fiscal como pruebas de la intervención de la violencia en el sufrimiento humano. La fiscal aseguró que tratarían de probar que los actos violentos no son tan arbitrarios como parecen, sino "un instrumento para mantener la dominación y desigualdad del sexo femenino. La violencia tiene rostro de mujer", aseguró quien desempeñaba el papel de fiscal.
La defensa, que ejercía de abogado del diablo, declaró inocente a su cliente, al que consideró un "chivo expiatorio de un juicio simbólico que se debería haber celebrado hace muchos años". También argumentó que había un defecto procesal: "Mi cliente no es el autor de los actos descritos en la acusación, sino que el verdadero culpable es el ser humano responsable de su conducta".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de julio de 2004