Francisco Camps, presidente de la Generalitat y del PP de la Comunidad Valenciana, volvió ayer a marcar los tiempos de la carrera por el control de la dirección de los populares valencianos. Camps aprovechó un nuevo acto con sus partidarios para anunciar que el congreso regional del PP será el 20 y 21 de noviembre. En una comida en Teulada (Marina Alta) con 250 militantes, entre ellos los alcaldes de Alicante y Torrevieja y los consejeros Font de Mora, Blasco y Campos, el titular del Consell insistió en las claves de su último mensaje: el líder nacional del PP, Mariano Rajoy, lo ha elegido a él para pilotar el proyecto del partido en la Comunidad Valenciana y, por tanto, estar con Rajoy implica estar con él.
Camps envolvió el acto de una atmósfera institucional. "Es un almuerzo con motivo del fin del curso político", dijo. Pero no estaban todos, y mucho menos los zaplanistas. El titular del Consell, aparte de ofrecer un "excelente" balance de su gestión y de descalificar la oposición del PSPV, aprovechó para dar el pistoletazo de salida al cónclave de los populares. Camps evitó comentar el plante de un grupo de diputados autonómicos próximos a Zaplana: "El consejo del grupo decidirá lealmente la próxima semana".
La comida no pasó inadvertida para los otrora dueños del feudo alicantino, los zaplanistas. Una decena de asistentes denunció llamadas del presidente provincial del PP de Alicante, Julio de España, amenazándolos con expedientarlos si no abandonaban el acto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de julio de 2004