Opino que es más importante poder preguntar, que proponer las soluciones que uno quiera. Resulta inútil plantear soluciones mágicas (más competencias, misma autonomía, más independencia...) si no se garantiza el derecho a consultarlas entre la ciudadanía ¿De qué le sirve hacer planes si no puede ponerlos en práctica? Si al menos se pusieran de acuerdo en definir un censo nacional vasco y nos preguntaran mediante elecciones libres y democráticas...
Consultando la voluntad de los vascos y respetando lo que decidan. Ya no caben más soluciones, ahora es tiempo de respuestas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de julio de 2004