Sasi mira el mar, y parece perderse. El Mediterráneo le parece extrañamente azul. Mientras estudia la línea del horizonte que desde el recinto del Fórum empieza en la playa de la Mar Bella, asegura que en su país el mar es siempre "verde, verde, verde" por todos lados. Sasi ha acabado sus días en la ciudad y quiere comprar regalos a los suyos, por lo que va a visitar "el Mall Diegoooonal Mar", situado junto al Fórum. Regresa contenta a su país, porque ha encontrado a "gente muy viva, bella en su diversidad y poco dogmática".
Al preguntarle sobre las actividades del Fórum, ella responde hablando sobre el amor y su lenguaje universal, y sobre la necesidad de aprender a crecer interna y externamente.
Bajando a la dura arena de la realidad, se queja, no obstante, de que hay un "exceso de programación, de debates, de exposiciones, de encuentros y conferencias, y de los cambios de última hora", señala. Mientras por última vez otea el horizonte azul conmina a los responsables del evento a poner un poco de orden; "porque muchos venimos de muy lejos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de agosto de 2004