Durante los siete primeros meses del año, los 224 incendios desatados en la Comunidad Valenciana sólo han arrasado 109 hectáreas, le mejor cifra de la última década y 100 veces menos que en 1994, cuyos 495 incendios en el mismo periodo calcinaron 22.944 hectáreas. La marca de este año supone además de cinco veces menos que en 2003, una notable rebaja respecto a la media de los últimos diez años, que se sitúa en 2.998 hectáreas.
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Por provincias, la más amenazada ha sido Alicante, con 60 incendios, pero éstos sólo han arrasado 30 hectáreas. El año pasado sufrió 75, que elevaron la superficie afectada a 119. Castellón ha padecido 53 incendios, con sólo 34 hectáreas arrasadas, marca notable si se tiene en cuenta que en 2003 los 51 incendios desatados calcinaron diez veces más superficie: 347 hectáreas. Por último, en la provincia de Valencia, desde enero las llamas (111 episodios) han consumido 45 hectáreas, casi la mitad que el año pasado, con 86 incendios y 84 hectáreas.
"Este año estamos padeciendo muchos más incendios por causas naturales que no se pueden prevenir, mientras que las campañas de concienciación de [la Consejería de] Territorio y Vivienda están dando sus frutos ya que han descendido los incendios producidos por causas humanas", resaltó el consejero Rafael Blasco. Sin embargo, a pesar de estos resultados, el Consell insiste en la prudencia para no bajar la guardia. Así, hasta 5.000 personas, según la consejería, vigilaran los montes a lo largo de todo el verano.
No en vano, el Centro de Coordinación de Emergencias decretó para ayer y hoy la preemergencia extraordinaria ante el riesgo de incendios forestales en toda la Comunidad Valenciana, que supone una restricción total en el uso del fuego (salvo en lugares autorizados en instalaciones recreativas) y la activación de todos los efectivos humanos y materiales para atajar los conatos que se produzcan.
Si se detecta un incendio en sus comienzos se puede intentar sofocarlo echando agua o tierra sobre la base de las llamas o golpeando con la rama de un árbol que esté verde. Si pasado más de un minuto no ha podido apagarse, se deberá informar rápidamente al teléfono de emergencias, el 112.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de agosto de 2004