Una reciente encuesta del World Values Survey reveló que el 99% de la población mundial tiene creencias religiosas, y Bill es uno de ellos. Ha viajado a Barcelona para participar en el Parlamento de las Religiones y se declara "un hombre espiritual". Pero navega entre dos mundos, y eso no siempre rsulta fácil.
Hijo de japoneses, él nació en las calles de Chicago. Primero fue budista, después se pasó al cristianismo, pero perdió toda la fe cuando murió su madre. "Estaba muy enfadado, no entendía nada sobre cómo funcionaba este mundo, nada me consolaba". Estudió meditación y se hizo seguidor de un gurú indio. Buscó y buscó desesperadamente y encontró un poco de consuelo en una creencia propia, fruto del cruce entre hinduismo y cristianismo. Le molesta profundamente "el mezquino materialismo" y el ruido. "Todos hablan y hablan sin parar y nadie escucha. Sólo palabras y palabras que no significan nada. Si uno no habla y no da a conocer su opinión respecto a cualquier tema, los demás no te consideran listo", dice.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de agosto de 2004