El Ejército israelí acabó ayer en diferentes ataques con la vida de ocho palestinos, entre ellos dos niños de 9 y 10 años. La entrada de tanques y vehículos blindados en el norte de la Franja de Gaza produjo las acciones más mortíferas. En Jalabiya, un ataque vespertino incluido en una amplia operación para detener los disparos de cohetes contra territorio israelí se saldó con las muertes de Mohamed Hicham Salem, de 9 años, hijo de un relevante miembro de la Yihad Islámica, y dos adolescentes de 17 y 18 años.
En el campo de refugiados de Yabalia, habitado por 200.000 personas, las tropas abrieron fuego contra zonas pobladas y mataron a Jassem al Motawak, de 20 años, y Wael Abu el Jedyan, de 10, además de causar otros ocho heridos.
En Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza, disparos de los soldados destacados en la frontera egipcia asesinaban a otro joven, Aud Musa Farhan Hashash, de 29 años, y herían a otras cinco personas. Las excavadoras del Ejército redujeron a escombros dos viviendas de un barrio de refugiados de la misma ciudad bajo las que se encontraba un túnel utilizado para introducir armas en Gaza, luego dinamitado. Las otras dos víctimas mortales se registraron en Beit Hanun (Gaza) y Nablus (Cisjordania).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de agosto de 2004