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Reus abre una escuela para padres con el objetivo de mejorar la educación de los niños

El municipio busca invertir la tendencia familiar a inhibirse en la formación de los hijos

"Tenemos que retornar el sentido común a la educación de los niños". Con estas palabras justifica la concejal de Educación del Ayuntamiento de Reus, Empar Pont (ERC), un novedoso proyecto educativo que, a partir del próximo otoño, enseñará a los padres a mejorar la educación de sus hijos. Dos veces por semana, grupos de padres de Reus acompañados por sus hijos y un monitor se reunirán en unos espacios pensados para la interrelación, del mismo modo, recuerda Pont, que años atrás se reunían en plazas y calles las madres mientras los hijos jugaban.

"Decir no es duro, cuesta mucho, pero son los padres los que deben tomar las decisiones, no los hijos", afirma Empar Pont para explicar el proyecto. Esta iniciativa surge a raíz de que el colectivo de maestros de la ciudad lanzara al Ayuntamiento voces de alarma por el desconocimiento que les manifestaban muchos padres a la hora de afrontar problemas cotidianos.

De hecho, la concejal de Educación ha concebido esta escuela para padres como un intento de frenar la tendencia actual a que, según Pont, cada vez más la educación de los niños la asuma el colectivo de maestros. "Llegamos tarde a casa, después de ocho horas de trabajo y cansados...", recuerda Pont.

Al margen de profundizar en la relación entre padres e hijos, esta escuela ofrecerá cursos de nutrición, psicomotricidad y terapias.

De momento, se pondrá en marcha en un centro cívico de nueva construcción en la ciudad, aunque en un futuro el Ayuntamiento lo ampliará a toda la red de centros cívicos de Reus.

Con poco menos de 100.000 habitantes, en la ciudad de Reus se registran en la actualidad alrededor de un millar de nacimientos anuales, según datos municipales. Todos estos bebés, con sus padres, podrán acudir a unas escuelas especialmente pensadas para niños de hasta seis años, aunque el consistorio dará prioridad a las matriculaciones de niños menores de tres años, para comenzar así antes de la educación obligatoria.

"La educación es poner límites, y hay muchos padres que no saben ponerlos", señala Pont, y añade que el problema de que algunos padres se desentiendan de la educación de sus hijos "hace tiempo que se observó en los institutos, hace menos se advirtió en las escuelas y ahora ya está presente en las guarderías".

El Ayuntamiento prevé que en la escuela para padres logrará invertir una tendencia que, según la concejal, también resulta negativa para el rendimiento escolar de los niños.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de agosto de 2004