Marta descansa un rato a la sombra de las decenas de miles de talismanes que adornan el techo de la gran plaza del Fórum. Tiene un pase de temporada y tras seis visitas al recinto, y sin comerlo ni beberlo, se ha convertido en la guía oficial de sus amigas. Se declara muy curiosa, "porque hay que cuidar la mente como cuidamos el cuerpo", afirma, y no ha descansado hasta conocer como la palma de su mano todo el recinto. Marta es activa y no para de hacer cosas. No en vano prefiere la realidad a todo lo demás. "Desde casa puedes ver lo que se hace en el Fórum por la tele, pero no es lo mismo: hay que venir y descubrirlo", dice. Como considera que la oferta cultural de la ciudad es "carísima y sólo apta para unos pocos", cree que el Fórum es una buena oportunidad para acudir a exposiciones, conciertos y espectáculos por un buen precio. "En Barcelona todo se está poniendo imposible, y poco a poco, esta ciudad está echando fuera a la juventud, y eso no puede ser", remacha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de agosto de 2004