Mediatizada por los todavía recientes ecos del Tour de Francia, se disputa hoy la Clásica de San Sebastián, séptima prueba de la Copa del Mundo de ciclismo y otra nueva piedra de toque para comprobar la salud de las dos ruedas vascas. Su ya habitual recorrido de 227 kilómetros partirá del Ayuntamiento a las 11:25 de la mañana y llegará al Boulevard donostiarra alrededor de las cinco de la tarde.
Pese a que la prueba de San Sebastián es de las consideradas como para sprinters y rodadores puros, en los últimos años las escapadas largas han cobrado especial protagonismo. El rompepiernas de los primeros kilómetros dará alas a los más valientes que intentarán desafiar desde lejos la hegemonía de los equipos con buenos llegadores. Los nombres de especialistas "clasicómanos" como David Rebellin (Gerolsteiner), Paolo Bettini (Quickstep), Óscar Freire (Rabobank) o Michel Boogerd (Rabobank) se unirán a un buen ramillete de estrellas del pasado Tour como Ivan Basso (CSC), Jan Ullrich (T-Mobile) o Richard Virenque (Quickstep).
Presión para Euskaltel
Estos corredores son parte de la atracción del cartel, aunque puede que su presencia genera dudas de si vienen sólo a rodar o realmente disputarán la victoria. Otro de los ciclistas de los que no se duda que vendrá a alzarse con la victoria es el del joven murciano Alejandro Valverde (Kelme-Costa Blanca), especialmente tras su exhibición en la Vuelta a Burgos, donde ganó cómodamente a sus rivales.
Entre los de casa destaca la presencia de Igor Astarloa (Lampre), décimo en la clasificación de la Copa del Mundo y que brilló en la pasada prueba de Hamburgo, celebrada la pasada semana. El de Ermua fue superado en la línea de meta por Stuart O'Grady, que no correrá hoy, y por Paolo Bettini, alzándose con una meritoria tercera posición. Freire, Valverde, Iván Gutiérrez y el propio Astarloa medirán sus fuerzas antes de enfundarse el maillot de la selección española en los Juegos Olímpicos de Atenas. La única baja entre los seleccionados por Antequera es la del vasco Igor González de Galdeano, centrado en su preparación olímpica.
Además de los favoritos, los dorsales más vigilados por la afición vasca serán los del Euskaltel, obligados a dejarse ver en su tierra y a borrar el mal sabor de boca dejado en la pasada edición de la ronda gala. En la prueba no participarán ni Iban Mayo ni Haimar Zubeldia, por lo que jóvenes como Egoi Martínez o veteranos como David Etxebaría cargarán con el peso de la escuadra naranja. La presión para los corredores vascos es aún mayor porque en las piernas se encuentra la posibilidad de romper una penosa sequía en la Clásica de San Sebastián: desde el año 1990, cuando Miguel Induráin se alzó con la txapela de campeón, ninguno corredor de casa ha logrado levantar los brazos en la meta del Boulevard.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de agosto de 2004