"Esta mujer vale un Perú", explica una amiga al señalar a Alicia. Esta mujer de 52 años actualmente trabaja de operadora en el servicio de la Guardia Urbana en Badalona, y ahora está contenta, porque se ha ganado el puesto de trabajo con mucho esfuerzo. Antes era trabajadora de la limpieza, pero tuvo "problemas de corazón y de huesos", y el médico la instó a abandonar estas tareas. No se amilanó. Se puso a estudiar, aprendió informática, se buscó otro destino. Y quiere que otras hagan como ella y encuentren una vida mejor. "Las jóvenes ya no, pero hay muchas mujeres mayores a las que hay que concienciar y hacerles saber que sirven para algo más que para hacer el cocido o para lavar los platos". Alicia forma parte de una asociación de mujeres de Sant Adrià de Besòs. Allí se reúnen cada día un grupo de mujeres, muchas de ellas amas de casa, "y nos ayudamos mutuamente a encontrar nuestros propios valores", explica. La cuestión es "no sentirse sola, y aprender a abrirte al mundo, y no encerrarte en tu casa", concluye .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de agosto de 2004