"¡Camarero -coreaba la capitana, Iraia-, una ración de champiñones!". "¡Champiñones, champiñones, oe, oe, oe!", le respondía el resto del equipo. El aeropuerto madrileño de Barajas era ayer una fiesta, aunque no precisamente de aficionados. Las niñas integrantes de la selección española de fútbol sub 19, nuevas campeonas de Europa, llegaron todas juntas -a excepción de las dos catalanas-, desplegando sonrisas y celebrando, aun sin afición presente, su éxito. Es el primer gran título de la historia del fútbol femenino español.
"Nuestro objetivo sólo era clasificarnos para la Copa del Mundo. Pero, cuando vencimos (1-0) a Italia en las semifinales, empezamos a soñar", explica Iraia, del Athlétic, que marcó el gol definitivo ante Alemania (2-1) en Finlandia. "Tardaremos meses en asumir el triunfo", cuenta. "Es algo muy grande. Pero no sólo para nosotras. Igual así se empieza a valorar el fútbol femenino", reivindica Jade, autora del otro tanto. Razón no le falta cuando algunas de sus compañeras han de pagar para poder jugar. Gracias a este título tendrán por fin un incentivo: un ordenador portátil para cada una. "Espero que ahora los medios nos den más bombo", dice entre risas Iraia.
Para Jade, del Torrejón de Ardoz, el triunfo sobre la selección alemana -la más "fuerte y complicada"- es algo "inexplicable". "Cuando sales a jugar fuera de España, el nivel es muchísimo más alto. Juegan más deprisa, meten más el cuerpo... Pero hemos demostrado que las españolas también sabemos hacerlo", comenta. Para ello se concentraron tres semanas en Galicia, "haciendo equipo". Algo que ha sido clave para Iraia: "Tal vez tecnicamente no seamos nada del otro mundo. Pero hemos jugado sin individualidades. Por eso hemos ganado". En noviembre les espera el Mundial, en Tailandia. "Una realidad desconocida en la que seguir madurando", según el seleccionador, Ignacio Quereda. Allí jugarán contra Canadá, Australia, Japón... El técnico es prudente, pero ellas confiesan que irán "a por todas". A por otro oro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de agosto de 2004