El canciller alemán, Gerhard Schröder, aprovechará el próximo jueves una visita oficial a Rumania para visitar por vez primera la tumba de su padre, Fritz Schröder, soldado alemán muerto en combate en la II Guerra Mundial, el 4 de octubre de 1944. El ahora canciller apenas había nacido seis meses antes. "Nunca tuve una imagen mental de mi padre. En cierto modo, no existía para mí. Fue un soldado de bajo rango, no un líder, y fue enviado a la matanza como todos los demás", contó en 2001.
El lugar exacto en el que reposan los restos de su padre se descubrió aquel año, tras una investigación de su hermana Gunhild: se trata de Ceanu Mare, una apartada localidad transilvana de 4.500 habitantes. Schröder, ya en aquel entonces, quiso viajar hasta allí, pero tuvo que cancelar su viaje debido al 11-S.
Las pesquisas de Gunhild permitieron identificar también a Kurt, un tío hasta entonces desconocido. De las hijas de éste, el canciller obtuvo el retrato del soldado Fritz Schröder que ahora reposa en su escritorio en la cancillería de Berlín. Para Schröder, ésta fue la primera foto de su progenitor. El parecido entre ambos resultó asombroso: "Como si fuésemos gemelos", se sorprendió el jefe de Gobierno. La visita a la tumba -en la que también reposan los restos de otros soldados alemanes- será estrictamente privada, según indicaron ayer portavoces de la Cancillería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de agosto de 2004