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EL NUEVO GOBIERNO DE LA UE

España espera recuperar en 2007 una vicepresidencia europea

Solana será titular de Exteriores tras aprobarse la Constitución

España, que ocupa en la actualidad una vicepresidencia de la Comisión, se quedará temporalmente sin ella a la espera de la llegada de Javier Solana como ministro de Relaciones Exteriores de la Unión y vicepresidente de la Comisión, lo que podría ocurrir en 2007, si es ratificada la Constitución europea. La llegada de Solana, para el que Barroso prepara "un aterrizaje suave", supondrá la salida de comisario español Joaquín Almunia.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso no hizo ayer el menor intento de ocultar los aspectos de provisionalidad del próximo Ejecutivo comunitario. En 2007 habrá ampliación a Bulgaria y Rumania y más tarde, probablemente a Croacia, y para los representantes de cada uno de estos países habrá que hacer hueco en la Comisión.

Si todo ha ido como Bruselas desea, en ese año habrá también nueva Constitución y con ella la creación de la figura de ministro de Asuntos Exteriores de la Unión, cargo que pasará a ocupar Javier Solana, con más responsabilidades, medios y poderes de los que cuenta en su actual posición de Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común. Solana será también vicepresidente de la Comisión, conforme a lo estipulado en el tratado constitucional.

"Solana y yo hemos tratado el tema y estoy de acuerdo en que hay que preparar un aterrizaje suave del ministro de Asuntos Exteriores en la Comisión", dijo Barroso, quien tendió la mano a su futuro vicepresidente y le invitó públicamente a participar en los trabajos del grupo informal que desde el próximo mes de noviembre y hasta su llegada se encargará de asuntos de política exterior de la Unión.

Es un grupo heterogéneo en el que participarán los comisarios de Relaciones Exteriores y Política de Vecindad Europea; Comercio; Desarrollo y Ayuda Humanitaria, y Ampliación. Barroso presidirá las reuniones y será él quien hable con Solana. Se trata de que haya la mayor fluidez e intercambio de ideas y evitar disonancias y contradicciones entre lo que pueda hacer o decir Solana y lo que haga o diga cualquiera de los otros comisarios. Barroso pretende que Solana "pueda venir a discutir los relaciones exteriores con el presidente de la Comisión" y en presencia de los otros comisarios.

El aterrizaje de Solana reducirá el campo de acción de la Comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, quien, salvo mejor criterio de Barroso, se limitará a partir de 2007 a velar por la política de Vecindad de la Unión, una estrategia dirigida a estabilizar y desarrollar las inmediatas áreas de influencia de la Unión en el Mediterráneo y en el Este.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de agosto de 2004