Hoy ha venido a visitarnos Pasqual Maragall.
-¡Partido de fútbol! -ha gritado alguien-. ¡Catalunya contra Restospaña!
-¡No! ¡Mejor todos contra todos! -ha intervenido otro, más gracioso todavía. A lo mejor era el mismo, a lo mejor era Ibarra disimulando la voz. Juan Carlos, con tal de polemizar, es capaz de llevarse la contraria.
-No te enfades, Pasqual -le he abordado en el jardín con un tono profundamente amistoso.
-Grñ -ha contestado, como es él.
-Claro -he asentido.
-Rápido, José Luis. Llévame a un lugar seguro. Tu despacho, un refugio nuclear, una higuera... He tenido una idea genial y tengo que contarla, porque si no, después, me duele la barriguita.
Pasqual tiene estas cosas. A veces dan ganas de decir, como Borges: "Anda y que le den con el rabo de la sartén", pero finalmente, en aras de la paz, transige uno.
-España necesita con urgencia una jfrlsgsk tyush lsfrsht jky para ganar frescura.
-Claaaro que sí.
-No te veo convencido, José Luis.
-¿Cómo que no?
-A ver, repítelo.
-España necesita con urgencia una jfrlsgsk tyush lsfrsht jky para ganar frescancia.
-¡¿Lo ves?! ¡¿Lo ves?! Has dicho frescancia.
-Bueno, tú eres de Barcelona, yo de León, eso es la España plural y...
-No me prestas atención. Me das la razón porque sí, como todos, desde Montilla a Carme Chacón pasando por Carod Rovira.
-Eso es mentira, Pasqual, y lo sabes.
-Es verdad.
-Bueno, pues es verdad.
-¡No me hagas rabiar! Si me haces rabiar apoyo el plan Ibarretxe o pido grupo parlamentario o las tres cosas a la vez.
-¿Las tres? ¿Cuál es la tercera?
-La selección catalana de fútbol sobre patines.
-¡Qué buena idea!
-¿Ves como me dais la razón en todo porque sí?
-Que no, hombre. Ya verás. ¡Chacón! Deja de escuchar desde detrás de la puerta y aparécete, por favor.
-Pero si yo sólo pasaba y...
-¿A que Pasqual tiene la razón en todo?
-Claro que sí.
-¿Ves como no te damos la razón porque sí, Pasqual?
-No lo decís sinceramente.
-Que sííí. Gracias, Carme, puedes marcharte.
-Siento, Presidente, que hablo a España y España no me escucha.
-Mira qué cielo más bonito.
-¿Y cuándo podré tener grupo parlamentario propio?
-Es que Pepe Blanco no nos deja, Pasqual.
-¿Y tú no mandas más que él?
-Sí, pero como tengo buen talante no me impongo.
-¿Y cuándo podré tener selección de baloncesto sobre patines?
Un grito golpeó la ventana:
-¡Pasqual, mariquita! ¡Baja si tienes puntos suspensivos!
Pasqual y yo, por este orden, nos asomamos a la ventana. Ibarra capitaneaba Restospaña. En actitud desafiante, en el centro del jardín, pisaba el balón. ¡Cómo se iba a poner Bono cuando viera su puesto usurpado!
-¡Venga, José Luis, que nos los comemos!
No sé qué me sorprendió más. Si la vena camachista de Pasqual o que diera por hecho mi alineación con Catalunya.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de agosto de 2004