Alejandra, compañera del colegio y amiga de Sarai, en el perfil contiguo, es de la Amazonia y enumera casi de carrerilla las etnias que están el peligro de extinción: siona-secoya, cofanes, huaorani, los quechuas del Oriente, shuar, achuar. Se deja alguna y piensa otra vez. Da igual: "Tienen su propia lengua y su forma de vivir, pero pueden desaparecer si no hacemos nada", advierte Alejandra. Vive en Puyo, una ciudad de 28.000 habitantes que es la capital de la provincia de Pastaza. A su joven edad ella recuerda haber visto nadar a miles de peces en el río Puyo, "pero ahora ya quedan pocos porque en las aguas se echan residuos". Explica que en Pastaza hay más de 1.000 especies de fauna y flora propias, "exclusivas de allí".
El padre de Alejandra es abogado, y su madre, administradora de productos de teletienda, pero ella quiere seguir su camino. Afirma que estudiará Biología Marina o Turismo. En todo caso, tiene claro que si se va a estudiar fuera de su país, volverá en cuanto acabe para invertir sus conocimientos en el desarrollo de Ecuador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de agosto de 2004