No había rodado el primero de la tarde y la afición, que la veía venir, reclamó al presidente: "Que no queremos ver vacas. Que traigan toros, que para eso se paga", le gritaron. Así de descastado, manso e inválido resultó el encierro de Las Ramblas. Como vacas. En cuanto al arte, lo más destacado corrió a cargo de César Jiménez en su primero. Rodilla en tierra y por redondos puso la plaza en pie. La espada le jugó una mala pasada. El Juli, sin ángel, pitado. César Rincón, sustituto de Enrique Ponce, no existió. Fuerte bronca final reclamando toros para una feria que se dice de primera. Que tome nota quien proceda.
Ramblas / Rincón, Juli, Jiménez
Toros de Las Ramblas, desiguales de presentación, descastados, mansos y blandos, 4º y 6º devueltos. César Rincón: silencio y pitos. El Juli: (ovación) y saludos; pitos. César Jiménez: (ovación) y saludos; palmas. Plaza de Illumbe, 14 de agosto, 7ª de feria.Tres cuartos de entrada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de agosto de 2004