Un grupo de 22 ex embajadores y altos cargos del Departamento de Estado de EE UU criticó ayer el manifiesto que el 16 de junio firmaron medio centenar de antiguos diplomáticos y militares en el que se atacaba la política exterior del presidente estadounidense, George W. Bush, y las consecuencias que había tenido en las relaciones con los aliados y el deterioro de la imagen de Estados Unidos.
"Es la primera vez que esto ocurre. No tiene precedentes y fue una violación del principio de imparcialidad y profesionalidad del servicio exterior estadounidense", dijo ayer Thomas Boyatt, ex embajador de Estados Unidos en Colombia y uno de los firmantes de la carta, junto a los ex secretarios de Estado Henry Kissinger y George Shultz, el ex secretario de Defensa Frank Carlucci y otros altos cargos. "Entre nosotros hay demócratas y republicanos, gente a favor de esta Administración y gente en contra, pero no optamos, como grupo, por ningún programa de política exterior ni por ningún candidato", señaló Boyatt.
Al mismo tiempo, un grupo distinto, llamado "profesionales diplomáticos y militares por la seguridad nacional", aprovechó ayer para presentar otra carta firmada, en este caso por 18 ex altos cargos, en la que rechazan las críticas a la política exterior de Bush y aseguran que "es correcto el rumbo que ha tomado de liderazgo fuerte", en palabras del ex embajador Dennis Hays.
Este grupo lamenta también -aunque es partidista, a diferencia del anterior- el manifiesto de junio, que fue bautizado como "mandos militares y diplomáticos a favor del cambio". "Es normal que los diplomáticos y militares retirados entren en política, pero no que lo hagan en grupo y que den la impresión de ser la escuela de pensamiento dominante entre nosotros", manifestó Hays. Para Luwdow Flower, director del Consejo de las Américas, "fue ofensivo que hablaran en nuestro nombre, y no estamos de acuerdo con su visión de la política exterior".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de agosto de 2004