Enrique Portocarrero (Bilbao, 1955) ha reflejado en un documental de 56 minutos el pasado y el presente de las corridas de toros en Bilbao. Los archivos de la Junta Administrativa del coso de Vista Alegre, imágenes grabadas para televisión y colecciones privadas han sido las fuentes de Toros en Bilbao, una película que revela las vinculaciones de la fiesta con el desarrollo económico, la evolución cultural y artística, y los cambios sociológicos en los ambientes taurinos.
Pregunta. ¿Es cierto que Bilbao es una plaza más torista que torerista?
Respuesta. Sí, evidentemente. En este documental queda claro que Bilbao es una plaza de enorme exigencia. Los ganaderos nos dicen que cuando en las dehesas se ve un toro con hechura, con trapío, que da miedo a los toreros, se dice que es para Bilbao. Sigue siendo así. Bilbao balancea muy bien entre el rigor de los grandes aficionados y el populismo.
P. ¿Se atreve a situar Bilbao en una clasificación de plazas?
R. No soy un entendido, pero al hacer este documental nos hemos dado cuenta de que la mayoría de la gente del mundo taurino señala Bilbao como la tercera plaza, después de Madrid y Sevilla. Incluso hay muchos que hablan de la enorme importancia del ambiente taurino, de los toros como un rito global, de los clubes.
P. ¿Por qué tanta afición no crea una cantera de toreros?
R. Manuel Herrera, Herrerita, nos cuenta que es muy difícil ser torero de Bilbao, porque no tienen oportunidades ni hay ganaderos que te ayuden con tentaderos.
P. ¿Por qué no demanda la afición más corridas a lo largo del año?
R. Sí, parece estacional. Habría que ver si hay masa crítica para otra feria y si se mantendría la calidad. En Semana Grande es un rito.
P. ¿Cómo se engancha el público con tan poca oferta?
R. En los toros engancha la plástica y el drama. Es parte del morbo visual español.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de agosto de 2004