Puente del 16 de agosto. A-3 sentido Madrid, 11.30 de la mañana. Regresamos a casa sanos y salvos, a pesar de los mensajes que aparecen reiteradamente en los paneles ("53 muertos puente año anterior", "Alcohol + conducción = muerte", "Velocidad controlada por radar", etcétera). Al parecer, el palo (mensajes) está siendo efectivo, según las estadísticas de siniestralidad.
Pero, de pronto, y sin ningún aviso previo que lo indique en los paneles (están dedicados a esos mensajes, claro)..., parón y caravana hasta donde alcanza la vista (varios kilómetros), que provoca, a su vez, varios golpes por alcance como consecuencia del parón.
Los sufridos conductores nos removemos inquietos en los asientos porque no sabemos qué pasa, si es que hay caravana hasta Madrid o es una retención puntual.
Y algunos nos preguntamos: ¿y si avisaran con antelación de la retención? ¿Y si apareciera en los paneles, como antiguamente, el tiempo que falta hasta Madrid? Seguro que se evitarían accidentes y los conductores sabrían lo que les espera hasta llegar a destino, con la consiguiente tranquilidad.
Pues eso, señores de la Dirección General de Tráfico, se trata de aplicar palo... y zanahoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de agosto de 2004