Hay que culpar a todos los políticos sin exclusión, de derechas o de izquierda, porque no pueden escudarse utilizando el derecho de unos contra las necesidades de otros. Son ustedes (los políticos) con sus verdades a medias, los que enfrentan comunidades, con su falta de previsión a largo plazo. Porque, desde el reinado del rey de los pantanos, ¿qué obras importantes han llevado a cabo para paliar la sed del pueblo? Los países catalán y valenciano están formados por personas: trabajadoras, tolerantes, inteligentes. Expliquen bien que a Valencia sólo bajará el agua necesaria, cuando no perjudique la supervivencia del delta del Ebro; que no desnudarán a unos para vestir a otro; que acometerán las infraestructuras necesarias para el mejor aprovechamiento de esa agua que se pierde en invierno y tanto falta en verano... Potencien alternativas naturales, el ahorro, la previsión y las obras con sentido común.
Se llega al consenso como resultado de una exposición realista y justa. Busquen, pues, ese consenso entre ambas comunidades. Todo reino dividido contra sí mismo no tiene permencia. Dejen de manipularnos unos y otros, aparquen su conducta partidista y busquen soluciones conjuntas en bien de esta sociedad que ha depositado en ustedes su confianza. No la sigan defraudando más.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de agosto de 2004