La jornada de ayer fue otra de esas en las que a Yukos sólo le llovieron malas nuevas. Yukos anunció que, debido a la imposibilidad de acceder a sus cuentas, se ha visto obligada a revisar a la baja los planes de producción de crudo para este año. Ahora, la petrolera planea extraer 86 millones de toneladas de crudo en lugar de los 90 millones inicialmente previstos. Aunque la nueva cifra de extracción es un 6% superior a lo que la compañía logró en 2003, esto no fue suficiente para evitar que las acciones de la petrolera cayeran un 7,42% en la Bolsa de Moscú.
El nuevo desplome bursátil de la compañía se produjo tras conocerse que el Ministerio de Recaudaciones ruso amenaza con exigir a la compañía otros 2.400 millones de euros de deuda fiscal, que se añadirían a los 2.800 millones ya reclamados correspondientes al año 2000 -de los que ha abonado 862 millones- y a una cantidad similar por el año 2001, que está pendiente de decisión judicial.
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La noticia de que el Gobierno ruso está a punto de reclamar más dinero a Yukos fue publicada ayer por el diario Financial Times, pero en Moscú el Ministerio de Recaudaciones se negaba a confirmar o desmentir que estaba preparando pasarle factura directamente a Yuganskneftegaz, la filial de producción petrolera y corazón del grupo Yukos. Esta compañía productora está siendo evaluada por el banco de inversiones Dresdner Kleinwort Wasserstein, a petición del Gobierno, con el fin de ser vendida para cobrarse la deuda fiscal del grupo Yukos.
Yukos sufrió ayer otro revés al perder la petición de declarar ilegal el embargo de las acciones de sus filiales Geofit, Tomskentegeofizika, Jantimansiiskenefteprodukt y Nobisibirskenfteprodukto, ordenado por agentes judiciales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de agosto de 2004