Otro día de medallas precede a una jornada que devuelve al baloncesto a una posición estelar. España se enfrenta hoy a Estados Unidos. No es el dream team, pero tampoco conviene despreciarlo. Cualquier equipo con Tim Duncan, Allen Iverson o LeBron James será siempre un gran equipo. ¿O no es LeBron James el sucesor de Michael Jordan? ¿No es Tim Duncan uno de los mejores aleros-pívots de la historia? ¿No es Allen Iverson uno de los pocos bases capaces de conducir prácticamente en solitario a su equipo a las finales de la NBA? Eran los Sixers de Iverson. ¿No es Larry Brown el entrenador que lo ha ganado todo: en la universidad y en la NBA? Es el baloncesto norteamericano, casi nada, y hoy se mide con la selección española.
Después de una trayectoria intachable, en la que todos los partidos se han contado por victorias, la selección española se encuentra en una posición difícil, pero excitante. Si quiere hacer historia, hoy tiene la oportunidad de hacerlo. Derrotar a Estados Unidos significaría muchas cosas para un equipo que ha devuelto la pasión por el baloncesto. Eso no se va a perder con una derrota frente a Estados Unidos.
Una victoria sería un acontecimiento, la mejor noticia para un deporte que ha pasado épocas atribuladas. Ahora le gente está enganchada con Gasol y su generación, con un equipo competitivo que rescata de la memoria las hazañas de la selección que consiguió la medalla de plata en Los Ángeles 84.
En aquella ocasión, España recibió una paliza en la final. Esta vez hay posibilidades de victoria, menos de lo que el optimismo anima. Estados Unidos todavía es el equipo favorito para ganar el título. España tiene la oportunidad de apartar a los norteamericanos por primera vez del podio. A eso se llama hacer historia, y toda España estará pendiente del momento.
A la espera de uno de los acontecimientos de los Juegos, el deporte español mantuvo su consistente cosecha de medallas. Ayer consiguió tres. Javier Bosma y Pablo Herrera lograron la plata en voley playa, lo mismo que el ciclista José Antonio Escuredo en la especialidad de keirin. Y en doma individual Beatriz Ferrer-Salat confirmó que es una de las mejores del mundo. A la medalla que obtuvo en Sidney añadió el bronce de Atenas. Se han conseguido 15 en total, a dos de las logradas hace ocho años en Atlanta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de agosto de 2004