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OPINIÓN DEL LECTOR

Pregunten, pregunten...

Todo el día pregonando las virtudes de la democracia, pero a la hora de la verdad aquí nadie pregunta nada. La clase política se limita a celebrar citas electorales para repartirse la tarta del poder, pero cuando se trata de asuntos prácticos (polémicas autovías, centrales nucleares, embalses peligrosos, incineradoras, polígonos de tiro o trenes vertiginosos) no quieren saber lo que opinamos. Nos distraen con sondeos, encuestas y estadísticas y cuando se ven obligados a preguntar a la ciudadanía tan sólo le conceden un carácter consultivo.

¿Tiene sentido construir un embalse a costa de anegar pueblos enteros? ¿Es necesario perforar montes y valles para llegar un poco antes al mismo destino? ¿Conviene incinerar los residuos? En esta democracia virtual la virtud democrática no es lo que cuenta; interesa más coleccionar votos a conocer la voluntad de la sociedad.

En cuanto al conflicto vasco, todos plantean propuestas, pero nadie hasta la fecha ha podido consultar al conjunto de los vascos sobre su futuro político. Nos mantienen divididos a la fuerza y así es imposible ejercer libremente ningún derecho democrático. Y los políticos... ¿No se llaman demócratas a sí mismos? ¿A qué tienen miedo? ¿A respetar la palabra del pueblo que dicen representar? Pregunten, pregunten...

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de agosto de 2004