La meta de agua potable para toda la población mundial en 2015 es un objetivo posible, pero no así el saneamiento básico: unos 500 millones de personas pueden seguir en esa fecha sin acceso a ese servicio. Son las conclusiones de un informe publicado ayer conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef). El informe califica de "emergencia silenciosa" la situación, y alerta del "círculo vicioso" de mala salud y pobreza, que podría malograr las metas establecidas por la comunidad internacional como objetivos del Milenio para 2015.
Las carencias en servicios de saneamiento provocan la propagación de residuos y enfermedades, cuyas víctimas son principalmente los niños y las mujeres. Hoy por hoy 2.600 millones de personas (más de un 40% de la población mundial) carecen de saneamiento básico y más de 1.000 millones beben agua de fuentes no aptas para el consumo.
África subsahariana es una de las áreas donde el problema se ha agravado: las cifras de cobertura de agua potable y de instalaciones de saneamiento han descendido un 2% entre 1992 y 2002. También en la ex Unión Soviética se ha producido un retroceso: hoy sólo un 83% de la población tiene acceso a instalaciones adecuadas. A escala mundial, sólo se ha avanzado en este sentido en un 9% en esa década: se está en un 58%, cuando el objetivo es alcanzar un 75% en 2015.
La cobertura de agua potable ha mejorado especialmente en Asia meridional: de un 71% ha pasado a un 84%, sobre todo por los progresos en India y China.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de agosto de 2004