La consejera de Educación, Cándida Martínez, anunció que durante el próximo curso, "se pasará de 100 a 200 centros que tendrán un ordenador por cada dos alumnos", en un esfuerzo de la administración educativa andaluza para aplicar las nuevas tecnologías.
Después de 31 años de experiencia en la educación pública y cinco en la privada como maestro de Primaria, sin que suene a demagogia, me gustaría que en mi tierra andaluza y mi pueblo, Arcos de la Frontera (Cádiz), estuviéramos mejor atendidos en otras deficiencias básicas del sistema educativo: más profesores en los centros para que de ninguna manera se tengan 27 o 28 alumnos/as en una misma aula; que no existan cursos 1º-2º o 3º-4º con alumnos mezclados en una misma aula; más personal asistente para los compañeros/as de Educación Infantil de tres años, convertidos en "chachas"; que se doten de libros a nuestras raquíticas bibliotecas; que se invierta en infraestructuras de conservación y mejoras de edificios, material escolar, gimnasio, zonas verdes, patios de recreos y zonas deportivas; que se aumente la plantilla de psicólogos (existen centros que sólo tienen una o dos visitas al mes); que el número de interinos sea infinitamente menor.
En la enseñanza, como en la vida, antes de comer marisco o jamón ibérico (llámese nuevas tecnologías), hay que tener cubiertas las necesidades básicas. ¡Ah!, y para que no quepa duda, soy de ideal socialista por los cuatro costados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de agosto de 2004