Nueve grandes esculturas e instalaciones colocadas a lo largo de la histórica avenida Unter den Linden son el atractivo especial de La Larga Noche de los Museos que se celebrará hoy en Berlín. Creadas por el artista francés Armel Réau, las obras simbolizan otros tantos aspectos de la vida contemporánea y en su conjunto recrean una ciudad artificial. El hombre sentado en un sillón colgado delante de la puerta de Brandeburgo, por ejemplo, da cuenta del individuo y las restricciones de su libertad. Otras instalaciones son un gigantesco ojo que persigue a los transeúntes (la sociedad digital), un descomunal inodoro circundado de cochecitos de control remoto (la infraestructura) y un gran monstruo de felpa y plástico (el contacto con la naturaleza). El proyecto es un regalo a Berlín de McKinsey, la consultora que anoche, en medio de un importante dispositivo policial por las protestas de los desempleados, celebraba en la ciudad el 40º aniversario de su filial alemana. La Larga Noche de los Museos se celebra dos veces al año. Por una entrada única de 12 euros, los berlineses, pueden visitar más de 100 museos hasta las 2 de la madrugada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de agosto de 2004