Bernd Schuster, entrenador del Levante, ha salpicado de polémica su debú como entrenador en Primera División, hoy en Anoeta. El técnico alemán dejó ayer fuera de la convocatoria a Sergio García, delantero cedido por el Barcelona, y el club valenciano, en virtud al acuerdo de cesión, deberá pagar 10.000 euros al Barça. Ésa es la cantidad que deberá abonar el Levante por cada encuentro que no juegue Sergio García. Schuster, sin embargo, ha hecho caso omiso al acuerdo y ayer prescindió del delantero, al que ni siquiera incluyó en la convocatoria. Barcelona y Levante negociaron durante semanas la cesión de Sergio García, con el conocimiento de Schuster. "Él me explicó el proyecto y me convenció", explicó el jugador.
La medida de Schuster se interpreta como un reto en toda regla al Levante, un club dirigido de manera muy presidencialista por Pedro Villarroel, el máximo accionista del club. El técnico ya expresó su enfado por los fichajes en las presentaciones del medio Celestini y el delantero Manchev. "Me hablaron de Zagorakis, Poborsky, Shearer y Forlán, y me traen otros menos conocidos. Es como dar el chocolate y no poder comerlo. A Forlán casi lo tenía aquí y ahora está a 40 kilómetros [en el Villarreal]. Sé cómo funciona este club, pero me da igual", aseveró. El descarte de Sergio García añade más motivos de discordia entre el técnico y el club cuando la temporada no ha comenzado todavía. También el centrocampista Tito, que se quedó sin ficha por sufrir una pubalgia, se quejó públicamente de que el técnico no hablara con él para comunicarle su baja.
Sergio García, internacional sub 21, ha sido el único de los delanteros del equipo que no ha marcado en la pretemporada, y apenas ha entrado en los planes de Schuster.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de agosto de 2004