Convergència i Unió (CiU) ha planteado dos demandas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero relacionadas con el catalán en Europa y aguarda expectante la respuesta del Gobierno. No sólo por las demandas en sí, sino también porque, ante la división interna, estas respuestas pueden ser determinantes para llevar a CiU hacia el sí, el no o la abstención en el referéndum del año que viene.
La primera demanda es la petición de que el Ejecutivo español fuerce la reapertura del reglamento de regímenes lingüísticos de la Unión Europea (UE) para incluir el catalán, el gallego y el euskera. Es la vía posibilista, que no exige la mención del catalán en la Constitución europea, por lo que es perfectamente coincidente con las posturas del Gobierno del PSOE.
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Ayer mismo, el ministro de Exteriores, Miguel Àngel Moratinos, declaró a la emisora Catalunya Informació que el Gobierno seguirá "reivindicando" que el catalán tenga "el máximo reconocimiento en las instituciones europeas". Moratinos opinó que votar no supondría incluso "cerrar la puerta" al reconocimiento oficial del catalán en la UE.
La segunda exigencia es más controvertida y Moratinos dejó ayer claras sus reticencias: CiU reclama que el día del referéndum los catalanes tengan una segunda pregunta sobre la que pronunciarse. Además de votar la Constitución, deberían responder si desean que el catalán sea oficial en la UE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de agosto de 2004