El atasco durará al menos hasta febrero en la glorieta de Cuatro Caminos y en las calles aledañas. Ni siquiera el jueves pasado, en pleno agosto y con miles de madrileños de vacaciones, los coches que pasaban por esta zona se libraban de quedar atrapados.
Desde octubre de 2003, los técnicos municipales se afanan en eliminar (y sustituir por un nuevo túnel) el paso elevado que allí ha existido desde el año 1969.
Los obreros tienen aún trabajo: falta excavar el segundo tramo del túnel -que contará con más de un kilómetro de largo- y acabar completamente la reforma integral de la glorieta. De ahí que los cuatro carriles por sentido con que normalmente contaban las ya de por sí saturadas calle de Raimundo Fernández Villaverde y avenida de Reina Victoria se hayan reducido a dos, transformando la zona en un cuello de botella.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de agosto de 2004