Pasó por el Fórum dos días en agosto y ha vuelto para quedarse hasta el final. La mítica compañía norteamericana de títeres Bread & Puppet actúa en cuatro pases diarios en el recinto representando pequeñas piezas en las que critica abiertamente la Administración de Bush, el sistema judicial y la manipulación informativa después del 11-S. La crítica social ha sido una constante en la trayectoria de la compañía desde su creación en la década de 1960: entonces cargaba contra la intervención norteamericana en Vietnam, con lo que las cosas tampoco han cambiado mucho, explicó ayer Genevieve Yeuillaz, del grupo teatral. Entre los elementos que utilizan, los siete actores sacan a escena grandes siluetas de cartón pintadas, similares a las muñecas recortables de tiempos pasados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de septiembre de 2004