El partido sólo existió en la mente del medio valencianista Mohamed Lamine Sissoko, un maliense de 19 años que se inventó un amistoso internacional entre Mali y Kenia para justificar su misteriosa desaparición. El caso es que el Valencia le esperaba el lunes, horas después de que jugara con su selección ante Senegal un partido de verdad, pero Sissoko, un chico tierno, de sonrisa fácil, alejado del perfil de estrella, aterrizó el jueves por la tarde en el aeropuerto de Manises. Tres días y medio después de lo que esperaba el club de Mestalla. ¿Las razones? Una versión indica que el padre del chaval está ingresado en un hospital de Mali. La otra, más romántica, apunta a que Sissoko demoró su regreso para permanecer más tiempo junto a su novia...
Sea como fuere, la osadía de Sissoko alcanzó su punto álgido el miércoles, cuando el delegado del Valencia le localizó por fin, tras pasar dos días en paradero desconocido, y Sissoko le dijo que tenía que jugar ante Kenia por la noche. Pero ahí no acaba ahí la historia. Para enredar más el asunto, Sissoko hizo estas declaraciones a un diario local la misma noche del miércoles: "Hemos ganado 1-0. Yo sólo he jugado 45 minutos. ¿Qué dicen de mí en el club?". Sissoko no disputó aquel partido. Ni él, ni nadie. Nunca existió.
La indisciplina del maliense, fichado al Auxerre la pasada temporada, quedará impune esta vez. Conmovido por la ingenuidad de su futbolista, el técnico del Valencia, Claudio Ranieri, le disculpó ayer: "Hay que entender al chaval, es joven y se ha equivocado. No lo ha hecho para dárselas de listo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de septiembre de 2004