Centenares de residentes de Talafar, ciudad de 150.000 habitantes de mayoría turcomana situada 400 kilómetros al norte de Bagdad, lograron ayer escapar del cerco y dejar atrás los combates que se libran desde hace una semana. Los notables de la región de Nínive han propuesto la mediación del primer ministro provisional de Irak, Ayad Alaui, para poner fin a la lucha, que el jueves costó la vida a 57 personas; muchas de ellas civiles, según los médicos; todos muyahidin, según los estadounidenses.
Las tropas de EE UU, que sitian Talafar con decenas de carros de combate apoyados por helicópteros, sostienen que en la ciudad se esconde un numeroso grupo de insurgentes que accedieron a Irak por la frontera de Siria, que dista un centenar de kilómetros, y que atacan a sus tropas. Talafar, aunque se halla muy alejada del triángulo suní, es una de las localidades, junto a Faluya y a Ramadi, sobre las que EE UU ha perdido el control militar.
Un día después de que el Gobierno turco protestase por esta operación militar estadounidense, el Frente Unido de Nínive, que agrupa a partidos y a personalidades independientes, eligió un comité de cinco personas que servirán de intermediarios entre los jefes tribales de Talafar y el Gobierno iraquí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de septiembre de 2004