Una afluencia masiva de inmigrantes ilegales desembarcó ayer en el sur de Italia, en lo que constituye una cifra récord de cerca de 800 clandestinos, de los cuales la mayoría llegó a la isla de Lampedusa. El caso de esta pequeña isla situada entre Sicilia y África es significativo ya que, según declararon oficiales portuarios, nunca habían arribado tantos refugiados -unos 478- y menos en una sola patera de apenas 25 metros de eslora. La carga humana, interceptada a 30 millas de la costa, y en la que había menores, hizo colapsar el centro de recepción de inmigrantes de la isla, donde apenas hay sitio para 200. Horas más tarde llegó otra nave, con unos 170 refugiados más, mientras que una embarcación con otras 130 personas llegaba a las costas de Sicilia, dijo un portavoz portuario siciliano.
Aunque no se desveló en un principio el origen de las pateras, el Ministerio de Exteriores de Roma tiene firmes sospechas de que los inmigrantes provienen de Libia, por lo que ha convocado al embajador de ese país para hoy. Roma mantiene desde hace meses conversaciones con Trípoli al respecto, sin haber hallado aún una solución.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de septiembre de 2004