El precio del barril de crudo se elevó más de un dólar ayer en los mercados de Londres y Nueva York, a 41,40 y a 44,10, respectivamente, ante el peligro de que el huracán Iván interrumpa el suministro a las terminales del golfo de México, donde se descarga en torno a un 25% de todo el crudo y gas que importa Estados Unidos a diario. La terminal petrolera de Luisiana, la mayor del país, paralizó sus operaciones ayer y tomó medidas para poner a resguardo las instalaciones. Ahora sólo queda esperar al huracán y ver por cuánto tiempo permanece en la zona y cuánto daño hará.
La terminal de Luisiana procesa en torno a un millón de barriles diarios y recibe una cuarta parte de todas las importaciones de crudo y derivados. Otros Estados del sur con costa sobre el golfo de México (Alabama, Missisipí y Tejas) reciben otro 25%. La región aglutina la mitad de toda la industria petrolera de EE UU.
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La situación preocupa y más en un momento en que las existencias de crudo en Estados Unidos han bajado más de lo esperado en las últimas semanas, a pesar de que las exportaciones por parte de la OPEP fluyen con normalidad hacia EE UU. Por otro lado, Argelia se mostró ayer, en Viena, favorable a que la OPEP oficialice una subida de 2 millones de barriles diarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de septiembre de 2004