"Sí...yo soy partidario de que...comparezca", dijo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante la pregunta directa de Iñaki Gabilondo sobre si José María Aznar debía comparecer ante la Comisión del 11-M. El PSOE y el grupo parlamentario socialista no conocían, de antemano, el virtual anuncio. Que, por cierto, el coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares anticipó el jueves pasado, día 9. "La comparecencia de Aznar está cantada", dijo al salir de su entrevista con el presidente.
Fue el secretario de Organización, José Blanco, quien el lunes 6, aguzó el oído cuando oyó decir a su paisano, el secretario general del partido Popular, Mariano Rajoy, que Aznar "tiene probablemente menos que aportar a la Comisión del 11-M que quien entonces era el ministro del Interior, Ángel Acebes". A Blanco le faltó tiempo para salir al ruedo. "Rajoy hoy fue claro y contundente. Aznar no tiene nada nuevo que aportar a la comisión...". Ayer, el presidente del Gobierno explicó que Aznar tiene "alguna cosa" que aportar, tanto en lo que se refiere a la prevención del terrorismo como a lo que hizo el Gobierno del PP entre el 11 y el 14 de marzo de 2004.
De inmediato, el Partido Popular se mostró irritado por la declaración de Rodríguez Zapatero. Rajoy señaló que no había hablado del asunto con el presidente en su reciente encuentro (en rigor, no hablaron de casi nada), además de Aznar el propio Rodríguez Zapatero podría aportar "alguna cosa". ¿Qué? "La participación del PSOE en las manifestaciones que se produjeron delante de la sede del PP el 13 de marzo".
Es decir: si los partidos de la mayoría de la Comisión del 11-M piden la comparecencia de Aznar, el PP solicitará la de Rodríguez Zapatero. No era por despecho que el PP consideraba, según decía, la comparecencia de Aznar. "Siempre hemos dicho que no descartamos solicitar la comparecencia de nadie y, sin duda, el presidente Aznar está incluido en esa larga lista. Cuando toque, corresponda y tenga sentido", dijo el portavoz Eduardo Zaplana en junio.
Sin embargo, al desmitificar la comparecencia de Aznar, el presidente del Gobierno ha tocado un nervio del actual jefe del PP.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de septiembre de 2004