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VIOLENCIA EN IRAK

Francia prevé una crisis de largo recorrido para sus rehenes

El secuestro de los dos rehenes franceses en Irak sobrepasa ya la tercera semana de duración, sin que las autoridades de París piensen en un rápido desenlace. Las divisiones en el grupo secuestrador constituyen una de las razones que retrasa la liberación, unido a la dificultad de movimientos debida a los últimos combates entre las guerrillas y las fuerzas del Gobierno provisional iraquí -apoyadas por los estadounidenses-, según personas al corriente de la evolución de la crisis.

"No ha habido negociación alguna" con el grupo secuestrador, sino "contactos con diversos intermediarios", según las fuentes aludidas. Tampoco se han producido más comunicaciones de los secuestradores que las dos cintas grabadas a los rehenes a finales de agosto y principios de septiembre, enviadas en su momento a una television árabe; las informaciones sobre exigencias posteriores -peticiones de dinero, garantías de tregua atribuidas a Osama Bin Laden- no han sido autentificadas.

El diplomático de más alto rango enviado a Bagdad el 30 de agosto, Hubert Colin de Verdière, ha sido llamado a París para incorporarse a la Embajada en Argel, con vistas a una normalización del despliegue diplomático y sin perjuicio de que otras personas continúen en la capital iraquí. La única certidumbre de las autoridades francesas es que los dos periodistas, Georges Malbrunot y Christian Chesnost, "siguen vivos", de acuerdo con las informaciones "coincidentes" de los intermediarios.

Prueba de las dificultades de movimientos es la caída de un disparo de mortero en el aparcamiento de la Embajada francesa en Bagdad, el domingo pasado, que provocó daños en dos automóviles. Fuentes oficiales de París lo consideran un efecto de los combates registrados en Bagdad y descartan que se tratara de un ataque contra intereses franceses.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de septiembre de 2004